lunes, 19 de diciembre de 2011

El sueño se acaba




El sueño se acaba
El telón ya corrió la mitad de su recorrido

El sueño se acaba
Ya toca volver al nido

El sueño se acaba
Y aun sigo teniendo frio

El sueño se acaba
Nunca quise ser sólo tu amigo

El sueño se acaba
¿Por qué me siento herido?

El sueño se acaba
La ilusión, tal vez, se ha perdido

El sueño se acaba
Siempre quise tu abrigo

El sueño se acaba
Es más de lo que he tenido

El sueño se acaba
No sé si erré el camino

El sueño se acaba
Llegué a fallar todos los tiros

El sueño se acaba
No se ni lo que he querido.

El sueño se acaba
Debo encontrar mi sino.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Mi vida como un perro





Hubo un día que el lobo se acordó cuando era perro.
Y añoró de nuevo el olor de su ama,
Las caricias en su lomo los días de invierno
La comida en el plato, cada vez que se acordaba.

Y volvió su mirada hacia el bosque,
donde la luna de nuevo le aguardaba
y vio el reflejo de plata en la noche
de todo lo que anhelaba.

Mas  en el vacio de su mirada
Una luz verde tejía negros recuerdos
Y los ensartaba con el garfio fiero
Del olor de la sangre y la caza.

Y ese día una ternera que pasaba
Sufrió el embiste de una dentellada
Y los dientes del lobo viejo
Cayeron de plomo al frio suelo.

Porque si de  cuando era perro
Aquel viejo se acordaba
No era por volver con su ama
No era por huir de aquel invierno
Era por temer la propia caza.

martes, 6 de diciembre de 2011

Fábula en verso de la zorra y el lobo



Era otro bosque.

Algunos dicen que tenía mil nombres.
Y con las fauces heridas,
el lobo reía.

En la senda verde y nueva de la vida,
la zorra vino de noche
y con sonrisa sibilina,
se unió a mi trote.

Dime de dónde vienes.
Enséñame tus huellas errantes.
Que mi pena se vuelve  grande
Y me reconfortan tus dientes.

Y el lobo aceptó complaciente,
Y del cajón de su alma halló la llave.
Un aullido de calma, llegó al instante.
Que dejó su corazón caliente.

Y la zorra yació a su lado.
Dejo que el lobo lamiera sus heridas.
Y el río de lágrimas vacías
quedó un poco más saciado.

El lobo añoraba la caza y la sangre.
Añoraba el olor de la ambrosía.
Y propuso a la zorra un trato
Que por la mañana romperían.

Mas la zorra sus pezuñas lamía,
Y de compañeros de viaje,
sólo entendía.

Tu huella será la mía.
Mas mi senda se terciará salvaje,
Si me despojo de esta cruel cobardía.
La que me aleja de mis anhelos
Y llena mis noches de melancolía.
La que permite que cuestione
Si es verdad lo que ardía.

Y la caza de una noche
Llenó su manto blanco de lágrimas.
Por no saciar su ansia,
Batió las alas del autorreproche.

Y el lobo aulló su nombre
Porque sintió la llamada del hambre
Porque por uno o un millón de instantes
Su luz eclipsó las flores.

Y ella enferma de miedo
Dejó la caza en brazos de otros senderos
Que intuía serían los más certeros
Para poder alcanzar el cielo.

Y  la luna nueva llovió de pena.
Y la zorra besó los ojos de plata del lobo.
Porque juntos no hallarían el gozo
De vencer la eterna condena.