jueves, 30 de septiembre de 2010

Perdido en tus ojos

Estoy perdido en tos ojos
En tu fuego azul
En tu mirada carmesí.

Perdido, sin encontrar
Donde yace tu mar
Y donde muere tu bondad.

Estoy perdido en tus ojos
En tu lago de esperanza
En mi mar de dudas.

Perdido sin hallar
El momento a demostrar
Donde comience mi paz.

Estoy perdido en tus ojos
Perdiendo la salud
Y sin poder fingir.

Perdido en tu coral
En tu mar de cristal
En tu mundo sin llorar.

Estoy perdido en tus ojos
Sintiendo tu danza
Viendo tu aura.

Perdido, sin final
Sin guardián
Y sin libertad

Estoy perdido en tos ojos
En tu fuego azul
En tu mirada carmesí.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Buenas noches



Buenas noches, mi amor.
Esta noche romperé las ventanas de tus sueños.
Entraré a hurtadillas y robaré una flor.
La pondré junto a tu almohada y te daré un beso.

Buenas noches, mi princesa.
Esta noche viajaré al país de tus deseos.
Atravesaré y conquistaré la niebla espesa.
Y acariciaré tus momentos más tiernos.

Buenas noches, mi dulzura.
Esta noche abrigaré tus más bellos sentimientos.
Romperé los lazos que me atan a mi locura.
Y te llevaré a un mundo sin complejos.

Buenas noches, mi amor.
Esta noche robaremos un poquito más de nuestro tiempo.
Combatiremos las tinieblas esperando el alba sin pudor.
Y cuando el crepúsculo se alce, te legaré mi último beso.

viernes, 24 de septiembre de 2010

La guarida



Subía con pie firme, lento encanto acaramelado. Como una nube de sopor, su fuego lo inundó todo. Los espejos eran viles y temblaban ante su presencia. Y como un manto fugaz, tomó rumbo a sus aposentos. Dentro, él la esperaba. Piel firme, barba poblada. Sus bocas se buscaron entre un encuentro esperado, entre dos soles de encanto el abismo se salvó. Y con el nuevo influjo de ardor su pena lentamente decayó. Era el momento esperado, después de tantos meses ocultos tras un teclado. Después de una vida buscándose, se habían encontrado. Habían descubierto un nuevo amanecer, una nueva forma de compartir la carga. Y las rosas llegaron, y las risas, y los vítores y los momentos anhelados…

Mas después de todo, él no era un hombre corriente. Ansiaba liberar su espíritu y dejar de correr, un atisbo de algo que pudiera reconocer como libertad. Y no creyó verlo en ella. No creyó el júbilo. Se quedó meditando tras un manto de desdicha. Dentro de ella se creía cómodo y a salvo del mundo que le obligaba a ser un loco.

Y ella lloró la partida con lágrimas de poesía. Uno a uno, se fueron desgranando versos envueltos con trozos de su corazón, que lanzaba al aire en busca de un abrazo.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Ahora que somos libres


Levantaos, hijos,
La ira ha desaparecido
El viento de la esperanza la barrió

Ahora que somos libres
Destruiremos la guerra
Construiremos un hogar
Muy lejos de la tierra

Cantad, hijos
La rabia se ha desvanecido
El anhelo reprimido la exhortó

Ahora que somos libres
Olvidaremos los problemas
Edificaremos junto al mar
Un mundo sin fronteras

Saltad, hijos
El odio huyó despavorido
La suave voz de la ilusión lo doblegó

Ahora que somos libres
Viviremos sin barreras
Avivaremos la nueva paz
Con el fuego de nuestra hoguera

Las estrellas y el sol


El deseo se esfuma veloz y contagiosamente, mientras la apatía se aposenta sin haber sido invitada. Los campos ya no resplandecen, los cetros ya han sido empeñados y la liviana ociosidad se vuelve codiciosa, como antes lo fue el querer.

Desde lo alto no puedo alcanzar las estrellas. Tintinean y alzan en blando movimiento una muesca burlona. Y yo sólo puede maldecirlas, por ser tan bellas, por estar tan lejos, porque al levantar mi mano parecen decir: “Acaríciame. Siente mi energía penetrar por la yema de tus dedos. Olvida los besos de antaño y quema el tiempo en nuestro brazos.”

Pero su lengua de serpiente se enrosca como la miel a mi boca, como mi líbido a una imagen mundana. Y me hace perder la razón, querer beber el placer, obtener algo que por derecho me fue negado.

Y la ensoñación se rompe con el alba certera. El sol borra los anhelos con su manto anaranjado. La luna es su impía aliada y se jacta de su victoria con una media sonrisa. ¿Qué te hice fiero sol? ¿Qué te hago para que apartes de mi lado todo lo que alguna vez fue soñado?

Quizás sólo sentí algo baldío, una esperanza que se retorcía por salir de su pútrida prisión, una ilusión que me anclaba a la vida. Mas ahora ya parece todo tan abandonado.

Con el sol fuerte y potente en el horizonte no encuentro fuerzas para injuriarlo, y lo contemplo aletargado. ¿Cómo creí que llegaría el momento en que el día desaparecería, ahogado simplemente por un sentimiento, y la noche dominaría mi tiempo?

Y ahora esos rayos, que me hicieron crecer, comienzan a quemar mi piel. La cubierta que me separa del mundo se desvanece y evapora con la cálida mañana del nuevo día, y me encuentro entumecido. Mis huesos ya no responden a la visión de un pasado andariego. Mis ojos solo ven párpados inflamados y el afán se encuentra ahora perdido, deambulando entre invocaciones de un período que jamás volverá.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Pensamientos cruzados



Es un día cálido de verano.
Sol fugaz.
Y las tormentas ya han amanecido.
Nubes huidizas
Tus ojos tristes ya emigraron a lugares baldíos.
Agua en gotas.
Las pisadas de antaño se revuelven en verde esperanza.
Sudor a mares.
Pájaros del veneno olvidado me traen un recuerdo.
Fuego ciego.
Cadente explosión de punzadas ardientes me envuelven.
Acero.
Y tu siempre te encuentras presente.
Bruma inalcanzable.
Como la dama de mi lago dulce.
Sabor a amor.
Como el absorto de mis noches.
Luna menguante.
Como la delicia sin degustar.
Boca de merengue.
Y el corazón siempre reclama su parte.
Sangre verde.
Mas no lo puedo esquivar.
Cama de mar.
Omnipresente, me aflige, me aprieta, me deja sin respirar.
Soga de terciopelo.
Giro y todo es espiral y singular.
Acuarela negra.
Tus besos se diluyen en un vaso de cristal.
Reflejo invisible.
Se mezclan con la sal.
Campos blancos.
La que me trajo tu mirar.
Iris azul.
Y grito por no poder tocarte una vez mas.
Campanilla rosa.
Porque mis labios ya no lo dirán.
Boca cosida.
Porque cuando el sol se encuentra sobre mi.
Reloj roto.
Noto que ya ha llegado el final.
Asiento vacío.
Como en un sueño del que no quiero despertar.
Noche ciega.
Como en una pesadilla sin final.
Caer hacia delante.
Trompetas suenan a mi alrededor.
Ángeles dorados.
Reclamando una justa contienda.
Caballero sin armadura.
Entre lo que me es negado y lo que merezco.
Plegaria al cielo.
¡Dame un minuto mas!
Egoísta iluso.
Un instante de solidaridad.
Mal de muchos.
Una mínima expresión de paz.
Ataúd final.
Antes de que todo acabe igual.
Silencio.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Baila conmigo



Baila conmigo
Quiero sentir tu piel
Quiero sentir tu abrigo
Quiero oler tu sien

Baila conmigo
Enreda tus sentimientos
Reduce el abismo
Equilibra mi contrapeso.

Baila conmigo
Prometo no pisarte los pies
No ser un virus invasivo
Ni dejarte de querer

Baila conmigo
La música nos llama
Mi corazón libera un bramido
La pista será nuestra cama

Baila conmigo
Llevame donde tu estés
¿No escuchas el alarido?
Estoy asido a tu vaivén.

Baila conmigo
Baila conmigo
Solo una noche más
Baila conmigo
Baila conmigo

lunes, 6 de septiembre de 2010

Ding, Dong


Ding, dong, la hora suena
Tu desnudas tu cuerpo
Y yo mi alma.

Ding, dong, el tiempo vuela
Cubierto de falsos sueños
Y esperanzas

Ding, dong, se acaba la cuerda
Se la lleva el viento
Y la falta de ganas

Ding, dong, ya pasó el cometa
Herido me quedo
Y con la daga.

domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Que más da?



Todos los hombres tienes secretos y aquí está el mio
Así que conozcámoslo
Pues hemos pasado por el infierno y por mareas altas
Pienso que puedo contar contigo
Y ya empiezas a retroceder
Las palabras fuertes no se lanzan tan a la ligera
Pero aun saltaría en frente de una bala voladora por ti

Así que, ¿Qué más da?
Así que, ¿Qué más da?
Da igual
Pero ahora te has ido
Y debes parecer muy vieja esta noche

El diablo encontrará algo que hacer a manos ociosas
Robé y mentí y ¿por qué?
Porque tú me lo pediste
Pero ahora me haces sentir tan avergonzado
Porque solo tengo dos manos
Bueno, aún te tengo cariño, oh, oh,

Así que, ¿Qué más da?
Así que, ¿Qué más da?
Da igual
Pero ahora te has ido
Y tu prejuicio no te mantendrá caliente esta noche

Oh, el diablo encontrará algo que hacer a manos ociosas
Robé y después mentí y ¿por qué?
Porque tú me lo pediste
Pero ahora sabes la verdad sobre mi
Ya no me verás más
Bueno, aún te tengo cariño, oh, oh,

Pero no más disculpas
No más, no más disculpas
Oh, estoy tan cansado
Estoy tan harto
Y me siento muy enfermo hoy
Bueno, aún te tengo cariño, oh, oh,

Oh, mi sagrada
Oh

Escrita por The Smiths

sábado, 4 de septiembre de 2010

La variable



No podía pensar en otra cosa. Las formulaciones eran perfectamente limpias e incluso elegantes pero algo fallaba. Dentro de su cabeza, en un sueño profundo, lo había conseguido, pero ahora no podía volver a repetirlo.

Había un factor, una pequeña variable que no podía dominar. Parecía ser aleatoria, incluso caótica, diminuta y difícil de cazar. Si sólo pudiera volver a soñarla otra vez.

Todo cuadraba, la exacta combinación de fluidos, el ritmo apropiado, el nivel de adrenalina…
Pero algo se le escapaba, algo que consiguiera la pasión perfecta, la mezcla adecuada de sentimientos y al final, el orgasmo perfecto.

Los experimentos siguieron y se repitieron durante meses. Ellas eran todas guapas y atléticas. La primera inoculación en la base del pene era siempre la más dolorosa. Siempre conseguía calmarla con la delicada lengua de la chica. La segunda ya casi ni la notaba.

Los orgasmos eran intensos, pero jamás como en aquel sueño…Hasta que volvió a soñar.

Y entonces lo supo. Encontró la variable.

Era ella. Siempre fue ella. Maldita variable con forma y rostro de mujer, su único amor.