lunes, 12 de diciembre de 2011

Mi vida como un perro





Hubo un día que el lobo se acordó cuando era perro.
Y añoró de nuevo el olor de su ama,
Las caricias en su lomo los días de invierno
La comida en el plato, cada vez que se acordaba.

Y volvió su mirada hacia el bosque,
donde la luna de nuevo le aguardaba
y vio el reflejo de plata en la noche
de todo lo que anhelaba.

Mas  en el vacio de su mirada
Una luz verde tejía negros recuerdos
Y los ensartaba con el garfio fiero
Del olor de la sangre y la caza.

Y ese día una ternera que pasaba
Sufrió el embiste de una dentellada
Y los dientes del lobo viejo
Cayeron de plomo al frio suelo.

Porque si de  cuando era perro
Aquel viejo se acordaba
No era por volver con su ama
No era por huir de aquel invierno
Era por temer la propia caza.

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