miércoles, 10 de noviembre de 2010

Conversación interrumpida



Tócate los labios.
Recórrelos suavemente,
con la yema de tus dedos.
Saca la punta de la lengua y a penas roza tu dedo.
Siente la humedad de tu boca.
Ahora humedece los labios.
Pasa tu mano por tu cara.
Dejala recorrer tu nuca,
y tu cuello.
Imagina que estoy ahí acariciándote,
que estoy detrás de tí
y que notas mi aliento en tu oído
y te digo "Te deseo".
Vuelvo a mojar tus dedos de tu saliva.
Pásalos por tu cuello.
¿No la sientes?
Es mi lengua inquieta.
Baja tu mano por el cuello,
alcanza tu hombro,
apriétalo fuertemente,
y ahora a penas rózalo.
Baja tu mano hasta tu pecho.
Despacio.
Alcanza uno de tus pezones.
Acarícialo por encima de la camiseta.
¿Como lo tienes? ¿Ha reaccionado ya?
Espero que sí.
Ahora mírate los pezones como se marcan bajo tu camiseta.
Acaricia ambos.
Deja escapar un suspiro.
Cierra los ojos y sigue acariciándolos.
Deja que tus manos abarquen tus senos.
Apriétalos, estrújalos, quiero que sientas mis manos sobre ellos.
Estoy allí, ahora mismo, contigo, queriendo devorarte.
Libéralos.
Súbete la camiseta.
Déjalos al aire, al alcance de mis manos,
que te acarician y pellizcan,
que buscan arrancarte un gemido.
Vuelve a humedecer tus dedos con tus labios.
Así, bien mojados.
Chúpalos,
llénalos de saliva.
Ahora quiero que la esparzas por tus pezones,
quiero que sientas mi lengua
jugar con ellos,
saborearlos,
lamerlos,
morderlos.
Muérdete los labios mientras lo haces.
Me encanta cuando lo haces,
cuando empiezas a notar la humedad en tu entrepierna
y tienes que morderte los labios
para no gemir.
Seguro que tu tanguita empieza a empaparse,
tan blanquito.
Seguro que ya se puede ver tu sexo a través de él.
Desliza tu mano por tu vientre,
pero no demasiado deprisa.
Quiero que notes cada centímetro de tu piel,
que tu mano resbale lentamente.
Tócate alrededor del ombligo.
Nota como palpita tu coñito,
como espera tu mano.
Ahora, sí, baja la mano y alcánzalo.
Esta húmedo y caliente.
Frótalo por encima del tanga.
Nota tu clítoris inflamado,
pidiendo a gritos que continúes.
Pero no, todavía no es el momento.
Retira la mano y llévala a la boca.
Lame tus dedos
¿Ya saben a tu coño?

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