sábado, 27 de noviembre de 2010

Te quiero



Subimos los deseos,
y caminamos por la torre del fuego.
Hasta alcanzar aquello,
que entregamos al viento.
Una caricia, un nuevo beso...

Y del lazo que formaron nuestros cuerpos
partió un corazón a perder el miedo.
Surgió de la profunda obscuridad
y se escondió tras tu mirar.

Tras tus ojos en celo,
debajo de mi lengua voraz,
encontré un nuevo lugar
al que simplemente llamé el cielo.

Y los sudores se mezclaron con el mar
y los suspiros gritaron “Te quiero”
y la tristeza se tornó fugaz
como antes fue la felicidad.

Esas noches regalamos excesos
que se disfrazaron de pequeños destellos
y recorrimos aquel sendero
hasta que llegó el invierno.

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