domingo, 30 de enero de 2011

El lobo enjaulado



El lobo regresa a su jaula. Allí dentro aún queda alguien para lamerle las heridas.

El lobo se ha dado cuenta que el bosque está lleno de peligros.
La luna le llamó y con su quebrada faz le deslumbró.
Le mostró senderos perdidos en el bosque, serpenteantes, excitantes y, a veces, alcanzables.


Pero esos caminos en realidad acababan en un muro. En realidad simpre estuvo ahí, esperándole.
En realidad los senderos acabaron y él no se dió cuenta, y en realidad el muro lo creó él.
Un muro imposible de saltar. Un muro que edificó anteriormente.

Y ahora, de regreso en su jaula, asoma el hocico por los barrotes.
Y ve el bosque, pero ya es demasiado tarde.
Se quedará allí, tal vez, para siempre.
Durmiendo con la infelicidad como compañera.
Pero, en realidad, es su único sitio, siempre lo fue.

Quizás la luna vuelva a salir y le llame otra vez.
Pero la jaula es fuerte y sin la llave adecuada no podrá salir.
Y el tiempo pasa y la jaula se va oxidando, y con ella la cerradura.

Hasta siempre, aulla el lobo. Hasta siempre, mi bosque querido.

2 comentarios:

  1. Esto no será lo que me temo....no??? :-(

    Y que va hacer la Luna sin lobo que la aulle??

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  2. Esto es lo que parece un hasta siempre con vocación de ser un hasta luego, si el tiempo y las ganas lo permiten.

    Creo que la luna podrá brillar fuerte en lo alto del cielo y guiar a los animales del bosque.

    Yo me quedaré en mi jaula y miraré la luz que refleja en mi húmedo suelo.

    Hasta siempre...

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