La caida/ alzamiento parte 1
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Habité una meseta por años, parecía el lugar utópico dónde cualquiera
quisiera estar hasta perecer; Cualquiera, excepto yo, claro. Siempre tuve
una mente c...
martes, 6 de julio de 2010
Felicidad
Llámela eterna, despojada del peso del tiempo.
Siéntela sobre su nuca, acaríciela un momento.
Déjela reposar sobre su vientre dichoso
Y que aparezcan mariposas a su antojo.
Gócela, gímala, estrújela y vierta su esencia
Colmate su boca de los latidos de una sentencia.
Y piense cuán dichoso sería si apenas la alcanzara
Si su mente no le jugara una mala pasada
Y que todo lo que sus sentidos dijeron
No se perdiera en el fondo del caldero.
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