De los muros de tu azul frialdad
me aterro.
En las yermas intenciones del mar
me pierdo.
Y tu,
sólo tu,
con tu boca altiva de plata
con el valor metido en la garganta
me dejas anhelando una palabra.
Tu y sólo tú,
que desde el comienzo del valle
me espantas,
que permites que este deseo calle
y se valla,
que ahondas en la herida creada.
Regalarme,
tan sólo una pueril mirada,
sería el comienzo del alba.
Y brindarme,
un capitulo de esperanza,
sería, por fin, la paz ansiada.
Tú
y sólo tú
me ahogas en una tormenta de dudas,
me entregas al fiero oleaje
de codiciar un cruel ultraje,
o rendirme a la certeza desnuda.
De las canciones de felicidad
me acuerdo.
En la añoranza de tu mirar
me pierdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aullame o ladrame