sábado, 24 de abril de 2010

El traqueteo metálico me relaja.
Ya no sudo.
De hecho ya no siento calor, ni nada.
Dejé mis sentimientos aparcados en mi locura.
Como una danza tribal, mi corazón marca el ritmo, fuerte y potente.
De repente, un escalofrío recorre mi sien.
Mi ser se retuerce, mi cuerpo trata de escapar, pero ya es demasiado tarde.
Tarde para volverse atrás y empezar de nuevo, la decisión ya está tomada.
En un último momento cierro los ojos.
Quiero que tu cara se refleje en mi cerebro, como lo hizo en la vida.
Quiero que el rayo de esperanza traicionero que me llevó a ti quede atrapado, sujeto por sus amorfos pasadizos de crueldad.
Quiero que todo gire.
Es el momento.
La ruleta comienza su juego.
Las fichas están sobre la mesa y la bala está cargada.
El traqueteo metálico me relaja.
Mi dedo perverso explora y estalla la reacción.
El percutor incide encolerizado sobre la minúscula capsula.
La pólvora cumple su misión.
Ahora puedo sentir.
Calor y fuego….
Silencio.

1 comentario:

  1. http://laguaridadehide.blogspot.com/


    Soy Ogro que murió hace tiempo. Ahora Oberon es el legado.
    Besos.

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