sábado, 15 de mayo de 2010

El momento


Sin sorpresas de Dios estoy.
La televisión vuelve a predecir el futuro y la lluvia no me moja.
Veo caminar a los niños del mañana, descalzos, por la calle del presente.
Mis oídos están sordos al amor y el estruendo del auxilio no me alcanza.
Siento que ayuda es una palabra vacía.
La nada avanza deprisa, comiéndome el alma.
El reloj marca la hora del principio de mi final.
Las puertas están abiertas a la oscuridad.
El miedo invade mi espacio y el frío del silencio me da el coraje del difunto.
Junto a mí, otro minuto se acumula.
Estoy cansado de tener que esperarlo.
Las flores ya no crecen en mi corazón de acero y los pájaros ya no anidan en mi balcón de terciopelo.
Es el momento.

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